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Agradecemos a Xuan Folguera el regalo que nos ha hecho a la asociación Primaduroverales. Un ejemplar dedicado de su libro Hámsterland. Muchos poetas tienen mala letra, es el caso de Xuan, así que traducimos la dedicatoria:

«Con cariño para mis amigos de Primaduroverales este libro plagado de vino, deseo y ratas amaestrados con un smartphone».

Muchas gracias, Xuan, y mucha suerte con Hámsterland.

HÁMSTERLAND

Subir a la cinta (cuatro palabras)

Introducir la distancia en la consola (doce kilómetros),

el tiempo (cuarenta y cinco minutos)

o la velocidad (dieciséis kilómetros por hora).

Comenzar a correr

sabiendo que no llegarás a ninguna parte.

En la cinta no importa el destino.

Ni siquiera importa el viaje.

Sólo importan las calorías que quemes

(seiscientas ochenta cada hora),

los gramos de grasa que pierdas

(uno cada nueve calorías),

las palabras que lleves (setenta y seis)

mientras escribes un poema.

Subir a la cinta (seis sílabas).

Apagar la alarma del móvil a las siete menos diez.

Ducharse en cuatro minutos,

preparar el café en dos,

desayunar de pie para no perder más tiempo.

Comenzar a correr por miedo a perder el tren.

Hacia Rafelbunyol pasan cada quince minutos.
Seleccionar una canción del Spotify.

La tarifa premium cuesta menos de diez euros al mes.

Ride the snake, ride the snake
To the lake, the ancient lake, baby.

La serpiente es larga. Siete millas.

Descubrir su luz al final del túnel.

Dejar salir antes de entrar.

El metro de Valencia está plagado

de ratas amaestradas con smartphone.

Ninguna va a leer estas, hasta ahora,

ciento noventa y dos palabras inútiles.

Volver a la cinta a las siete en punto de la tarde.

Comprobar los pasos en la pulsera de actividad.

La OMS recomienda un mínimo de ocho mil al día.

Colocarse junto a una hámster rubia, con mallas de licra

y una camiseta ajustada de color rosa fluorescente,

(ocho kilómetros por hora, treinta minutos, doscientas cincuenta y siete palabras).

La coleta se le mueve a cada paso.

Acelerar el ritmo.

Diecinueve kilómetros por hora.

Desear que la hámster se contagie.

Desear que introduzca en el marcador

diez, doce, catorce, dieciséis kilómetros por hora.

Desear que la cinta se le mueva tan rápido

que la hámster se vea obligada a correr.

Desear que comiencen a botarle los pechos.

Conseguir así una imagen con la que poder masturbarse por la noche,

y un total de trescientas cuarenta y una palabras,

sin contar nunca el título.

En la asociación Primaduroverales nos acordarnos constantemente de aquellos escritores que han pasado por nuestro certamen. Nos gusta seguir sus trayectorias literarias y seguir en contacto con ellos. Hoy queremos recomendar el libro de Yolanda Izard Anaya, Solo triste de oboe, noticia esta semana porque ha sido finalista del vigésimo Premio de la Crítica de Castilla y León, fallado el pasado día 22 de marzo, promovido por la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Se trata de un galardón literario de vocación autonómica que premia un título de un escritor vinculado a Castilla y León publicado durante el último año.

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Yolanda Izard fue finalista de la II edición del certamen Madrid Sky, con el relato La primera, en una edición que ganó Santiago Eximeno. En su carrera literaria ha sido ganadora del XXVIII Premio Cáceres de Novela Corta, del VII Premio de Novela Carolina Coronado y finalista del Premio Herralde de novela en 2014. Aparte de la novela, también se ha dedicado al relato y a la poesía.

Solo triste de oboe, ha sido editado por Castilla Ediciones. Se compone de treinta y dos relatos breves, y se inicia con una cita de Rainer María Rilke, que sirve de declaración literaria de la autora: “Pues lo hermoso no es otra cosa que el comienzo de lo terrible en un grado que todavía no podemos soportar”. En sus relatos Yolanda muestra a seres que caminan por la vida presintiendo algo inaudito que querrán ver revelado. Una niña que juega a no haber sido abandonada. Un anciano que vislumbra el sinsentido al final de su vida. Una adolescente inválida buscando el amor en el jazz. Un compositor perseguido por su frustración. Una pareja en un mundo terminal que solo puede comunicarse a través de notas en una nevera. Niños que asisten a la demolición de su familia en una sola noche o que son los portadores de los sueños de la humanidad. Estos cautivadores relatos se zambullen con tanta lucidez, compasión y encanto en los sueños y señuelos humanos que difícilmente podrán ser olvidados.

Solo triste de oboe es una extraordinaria elección para esta Semana Santa.

Solo triste de oboe

La biblioteca de la asociación Primaduroverales sigue creciendo. Julia viejo nos ha dedicado el libro En la celda había una luciérnaga. Muchas gracias, Julia.

Publicamos el comienzo del relato La siembra del rayo, contenido en el libro En la celda había una luciérnaga, editado por Blackiebooks.

La siembra del rayo (fragmento)

(Del libro En la celda había una luciérnaga)

Julia Viejo

Sabía que cuando mi padre decía que mi madre hacía cosas raras no se refería a las cosas raras que caben esperar de una madre, como circular en patinete en vez de en coche, o disfrazarse de piedra pómez en carnaval. Mi madre llevaba todo a otro nivel. Por ejemplo, tenía pavor a las puertas y para pasar de un cuarto a otro se colgaba de la fachada, entraba por las ventanas y siempre me asustaba mientras hacía los deberes, como un fugitivo pidiendo asilo. Tuvimos que mudarnos a un bajo para evitar accidentes mortales. Subía a ver a los vecinos de arriba y les dejaba los grifos abiertos para que se les inundara la casa y el agua traspasara a nuestro techo, entonces aprovechaba para subirse a una silla y se quedaba lamiendo la gotera hasta que venían a pintar. A menudo nos la encontrábamos con la cabeza metida en la lavadora, como una Sylvia Plath de marca blanca. Tenía un reloj tatuado en la muñeca, nunca se cortaba el pelo y cuando había tormenta, me llevaba al campo a sembrar rayos.

La tarde del taller de ayer jueves la inició Pablo Frías, que con tal de quitarse las obligaciones de cronista, nos leyó un ripio (véase que a la palabra “ripio”, además de las acepciones que tiene recogidas el diccionario de la RAE, nuestro compañero Paco Plaza le asignó nueva (aún no recogida en el tal diccionario) y que nombra como “ripio navideño” donde a través de unos versos y rimas nos trae cada navidad su ácida y lúcida visión del año que acaba).

Bueno, pues el ripio de Pablo, escrito al hilo del 8 de marzo dice así: «Hoy es el día de la mujer / ¡Ay, qué bien! / ni es mañana ni fue ayer«. No vamos a entrar en comparaciones con los que habitualmente hace Paco, ya que, como todo el mundo sabe, las comparaciones suelen ser odiosas, pero ahí queda.

La tarde, en lo que a los relatos se refiere, la inició Juan Santos, con ‘La partida’. Juan se enfrenta a un trabajo complejo, que, entre otras cosas, debe contar con dos narradores diferentes, uno por cada focalización, incluir la música (a través de algunos párrafos) que acompañe de fondo la escena, además de hablarnos de algún conflicto de juventud.

Juan casi lo logra, teniendo en cuenta que aquí en el taller prácticamente nadie sale ileso al cien por cien. Todos coincidimos que, aparte de otros conflictos, queda muy bien retratado el asunto de la ética y las acciones contradictorias sobre la misma que terminan marcando a los personajes.

Manuel Pozo, en “La muerte de Pablo González” nos sumergió con su maravilloso estilo en el mundo de los encierros, de personajes que están alrededor de esta acción constante y trepidante que es el verdadero personaje de la historia, arrastrando todo lo demás. El inicio del texto, anunciando que el personaje central va a morir a una hora muy precisa (a las ocho y treinta y dos minutos de un quince de agosto), no quita ni un ápice de interés de la trama, sino más bien al contrario.

Se hicieron algunas referencias a este tipo de comienzos de obras inolvidables como los ‘Cien años de soledad’ (Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota…) o ‘Crónica de una muerte anunciada’ (El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo…).

Por cierto, tras las alabanzas, tampoco Manuel salió ileso, que aquí ya se sabe. Le tocará retocar alguna parte.

Pablo Millanes, con su segunda aportación, tras su reciente incorporación al taller, empezó a apreciar los tensos análisis críticos de este colectivo. Nos leyó “Ausencias”, poniendo en escena lo que pasa en la consulta de un psicólogo. Con un diálogo de muy buen ritmo en la sesión podemos conocer al hijo del personaje central del su primer texto, a través de las respuestas que éste le va otorgando a las preguntas casi monosilábicas del otro.

Esperamos mucho de Pablo en las fechas venideras a partir de su personal estilo literario.

Para finalizar, una de risas. Y cómo no, el culpable fue Carlos Cerdán con ‘La confesión de Evelina’. Como Carlos está al día de las obligaciones creativas del taller, nos leyó una de esas historias plenas de sarcasmo y mordacidad, pegadas a una época no tan lejana y que, además de la chanza, reflejan mucho más de lo que se lee ‘a simple vista’. Como suele pasar en estos casos, hubo problemas para seguir la lectura de un tirón por las interrupciones de las risas.

Una inmejorable manera de terminar el taller. Así que, os esperamos a todos la semana que viene. A pasarlo bien, amig@s.

Diez ediciones, quién nos lo iba a decir cuando organizamos aquella primera edición en el año 2014. Desde entonces la familia PrimaDUROverales ha ido creciendo y sumando nuevos amigos cada año. Hemos conseguido mantener la cuantía económica de los premios, que no es poco en los tiempos que corren y, sobre todo, seguimos con ilusión y ganas para darle “un poco de vidilla” a esto de la literatura. Tenemos que dar las gracias a los patrocinadores que nos apoyan para que el certamen siga existiendo, sin ellos no sería posible: A Vinos y Caminos y su director Antón Alonso; a Question Box, que vuelve este año, con Jesús Ibañez y Carlos Valle-Inclán al frente, a La Rebujita, con Ernesto Cubo y Ana Pozo, que nos acogerán otra vez en la entrega de premios y, por último, a Bodegas Sameirás, que nos dejará de nuevo un gran sabor de boca con sus vinos en la fiesta final, con Antonio Cajide y Luis Gulín como cabezas visibles. Nos gustaría dar más, pero damos lo que podemos. Queremos hacer de la X edición algo especial. A ver si lo conseguimos. Ahora solo hace falta que tú, lector, nos ayudes con tu participación y te conviertas en un concursante más.

Cartel X edición

X PREMIO LITERARIO DE CUENTOS: “MADRID SKY”

La Asociación “Primaduroverales, Grupo de Escritores”, convoca la décima edición del concurso de cuentos “Madrid Sky” coincidiendo con el décimo aniversario de la publicación del libro titulado: “Madrid Sky”.

Bases

  1. Los cuentos presentados –aunque serán de tema libre – han de cumplir el requisito de comenzar con la frase: “Siguió el movimiento de sus labios y adivinó las palabras”, extraída al azar del libro “Madrid Sky”.
  2. Los cuentos serán inéditos y no premiados en otros concursos. Todos los cuentos deberán tener un título y una extensión máxima de 666 palabras incluido el título (por legibilidad, en letra de cuerpo 12, tipo Arial a doble espacio) y sin firmar. Tan solo se admitirá un cuento por autor.
  3. Podrán participar todos los escritores mayores de 18 años que lo deseen, siempre que los cuentos presentados estén escritos en castellano.
  4. Se establece un primer premio, patrocinado por la editorial Vinos y Caminos http://www.vinosycaminos.com, de 400€ brutos, a los que se hará la retención que marque la ley vigente.
  5. Se establece un segundo premio, patrocinado por la empresa de investigación de mercados Question Box https://www.questionbox.es de 150€ brutos, a los que se hará la retención que marque la ley vigente.
  6. Se establece un tercer premio patrocinado por Cervecería La Rebujita https://www.facebook.com/larebujita, de 90€ brutos, a los que se hará la retención que marque la ley vigente.
  7. La organización del certamen cuenta con la colaboración especial de bodegas Sameirás. http://www.adegasameiras.com/
  8. Los participantes enviarán los cuentos y la plica al correo electrónico: concursomadridsky@gmail.com. Se piden, pues, dos archivos distintos adjuntos en el correo: uno que contenga el cuento cuyo nombre sea: CUENTO-EL TÍTULO DEL CUENTO, p.e. CUENTO-Caperucita; y otro con los datos del autor (nombre y apellidos, DNI, teléfonos, dirección postal incluyendo país de procedencia y dirección de e-mail, título del cuento y número de palabras del mismo) cuyo nombre sea: PLICA-EL TÍTULO DEL CUENTO, p.e. PLICA-Caperucita. Todo ello en formato WORD o PDF. El plazo de recepción de textos se cierra a las 24h del día 15 de mayo de 2023. No se mantendrá correspondencia con los participantes ni se acusará recibo de los cuentos.
  9. De los cuentos recibidos se hará una selección de ocho finalistas. Previa notificación, se rogará la presencia de estos ocho autores (o personas que los representen debidamente documentadas) en el acto de entrega del premio que tendrá lugar en el Salón de Actos de la Fundación Abogados de Atocha, en la calle Sebastián Herrera 14 de Madrid, el día 23 de junio de 2023 a las 19h.
  10. Allí se leerán los ocho cuentos finalistas y seguidamente se dará a conocer al ganador y a los seleccionados en 2º y 3er En caso de que el ganador o persona que lo represente, por los motivos que fueren, no estuvieran en el Salón de Actos, el 1er premio recaería en el seleccionado en 2º lugar, y así sucesivamente. Lo mismo aplica al ganador del segundo y tercer premio.
  11. El jurado estará compuesto por cinco personas expertas en la creación literaria.
  12. La participación en el concurso implica la aceptación de todas y cada una de estas bases. Siendo así que el jurado descartará los cuentos que no cumplan las condiciones aquí expuestas.

Más información sobre este certamen y las convocatorias de años anteriores en las páginas:

https://primaduroverales.wordpress.com/

https://www.facebook.com/MadridSky.Primaduroverales/

Si ayer publicamos en estas páginas una entrada referida a unos de esos titanes que van defendiendo la cultura con una labor silenciosa y en segundo plano, hoy es una alegría escribir sobre otro de estos amantes de la literatura que trabaja con discreción, sin darse importancia, difundiendo la cultura y haciendo crecer un buen grupo de amigos en torno a las letras y, en concreto, alrededor del microrrelato.

Se trata de Juan Manuel Sánchez Moreno, organizador y convocante del certamen de microrrelatos YK Madrid-Castellón, que este año alcanza la IX edición. Como es lógico en una iniciativa tan personal los premios de este certamen son simbólicos, sin embargo, el nivel literario es muchísimo, y el cariño y entusiasmo que dedica J.M. Sánchez a su certamen es todavía mayor. La dificultad añadida del certamen IK es que la extensión de los micros presentados no debe ser superior a 50 palabras. Vamos, rizando el rizo.

El plazo para presentar los microrrelatos finaliza este año el 14 de abril. Desde aquí queremos apoyar a J.M. Sánchez con la difusión de las bases del certamen IK.

Bases de la IX edición del certamen de microrrelato IK Madrid – Castellón

J. M. Sánchez es el creador de los blogs literarios Letras sin papeles y Autores malditos. Un fuerte abrazo y enhorabuena por tus iniciativas.

JMSánchez

Gabriel Urciuoli es uno de esos locos amantes de las letras que andan sueltos por el mundo derrochando ganas, ilusión y creatividad para darle un empuje a la literatura y a la cultura allí donde haga falta. Ha encontrado en el género del microrrelato un mundo por explorar, y está consiguiendo crear un grupo de amigos en torno a un certamen de microrrelatos, de periodicidad mensual, que él se engarga de organizar y promover en un programa cultural que mantiene en antena en Radio Televisión Lavapies.

Radio Televisión Lavapiés es un medio de comunicación muy pequeño, apenas sin recursos económicos, pero que ofrece una propuesta interesante de programas relacionados con la vida en el barrio. El certamen de microrrelatos de Radio Televisión Lavapiés, que no tiene dotación económica, pero que tiene una dignidad y un nivelazo impresionante, es una perla literaria de la que se puede disfrutar cada mes. El ganador del certamen propone el tema para el mes siguiente.

Desde estas páginas animamos a Gabriel a continuar con su programa (los domingos a las 19.00) y con su certamen literario. Nosotros le impulsamos desde nuestro rincón dando a conocer las bases del certamen para el mes de marzo.

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XXVII EDICIÓN DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS DE Radio Tv Lavapiés

(5/3/2023 – 2/4/2023)

Último día de recepción: viernes 31 de marzo.

Nuestro último ganador, Jesus Navarro Lahera, propone una temática muy muy significativa y especial dados los aciagos tiempos que corren en los que se venera la juventud como un valor meritorio frente a la vejez considerada caduca y despreciable (o no apreciable en su justa medida): NUESTROS MAYORES.

No obstante, no se trata de que necesariamente los microrrelatos hayan de tener un valor ni ético ni moral (que, por cierto, son cosas bien distintas), sino literario. Este humilde lector (yo) que hace de jurado, solo valora la calidad literaria; después serán los demás lectores los que interpreten y valoren (o no) cualquier moraleja que del texto se pudiera abstraer.

CADA MICRORRELATO QUE NOS LLEGA LE DA VIDA A ESTE JUEGO CON FORMA DE CONCURSO QUE ENTRE TOD@S HACEMOS. ¡Esperamos el tuyo!

BASES

– Hasta 120 palabras sin contar el título, el cual es obligatorio.

– Temática: NUESTROS MAYORES.

– Se puede participar con más de un microrrelato.

– Los microrrelatos se enviarán a microrrelatosradiolavapies@gmail.com , en formato Word, pdf, o escritos directamente en el mail.

– Se incluirá nombre y número de teléfono de contacto.

– El ganador será designado cada primer domingo de mes durante la emisión en directo.

– La recepción de los microrrelatos comenzará cada primer domingo de mes al finalizar la emisión de Radio Lavapiés en la que se haya elegido al ganador de la última edición, y estará abierta hasta el viernes anterior al domingo en el que se elija al ganador de la siguiente edición.

– Los tres relatos finalistas serán seleccionados por el director del concurso y se publicarán en la página de Radio Lavapiés entre el viernes y el sábado después del cierre de recepción de los mismos. Los oyentes y seguidores podrán votar en esa publicación por uno de los microrrelatos.

– También votarán, durante el programa en directo, los colaboradores de Radio Lavapiés que se encuentren haciendo el programa.

– En caso de empate, el voto del director valdrá doble.

– Los finalistas han de estar disponibles telefónicamente durante el programa en directo, o si fuera posible, a través de Zoom.

– Se llamará al ganador durante el programa en directo y se le hará una entrevista.

– El premio (en estos primeros concursos y hasta que nos montemos en el dólar y podamos ofrecer una Harley Davison) consistirá o bien en un libro donado por alguno de los escritores y escritoras entrevistados por Radio Lavapiés, o bien en un par de entradas donadas por El Teatro del Barrio, dependiendo de lo que tengamos en ese momento.

– El director del programa tiene la posibilidad de modificar parte de las Bases para adaptarlas a cualquier contingencia.

– Radio Lavapiés sólo se toma el derecho a publicar en su página los relatos finalistas, en ningún caso se toma ningún otro derecho que, como es natural, pertenecen totalmente a las y los autores.

Por: Pablo Frías

Uno de los lamentos más habituales de los padres actuales (entiéndase padres con niños aún pequeños y demandantes de atención, entre los cuales me incluyo) es la falta de tiempo que poder dedicar a todos los frentes que se presentan. Conciliar vida laboral, familiar, social, conyugal, personal y todas las demás vidas acabadas en «-al» suele ser una tarea, pues eso, descomunal. Por ese motivo, y dejando de lado la legitimidad de la queja (casos habrá de todos los colores), cuando llega un día como el que se celebra este domingo, y más por arrastrar al lunes en su asueto, uno se pregunta alborozado en qué va a emplear ese tiempo libre. Y la respuesta, nobleza obliga, surge casi espontánea: en los hijos. ¿Y qué mejor que hacer con ellos lo que más nos gusta a los madrileños (y cuanto más rancio abolengo, más arraigada la afición) que es largarnos de Madrid?

Así que me voy de puente con mis hijas lejos de la capital. Pero entonces, como buen padre actual, me crecen los enanos: según llego al taller me informan de que me toca redactar la crónica. Yo alego que he enviado un ripio, el cual es ignorado, y, ya a la desesperada, digo eso, que vale tanto para un correo electrónico por contestar como para una operación de cataratas, de «buff, es que me voy de puente y no me va a dar tiempo». Nada, mis compañeros se muestran implacables. Pues te toca. Y aquí estoy, escribiendo a toda pastilla esta crónica que me van a permitir ustedes que califique como marrón de padre y muy señor mío.

Eso sí, al césar lo que es del césar (y coincidirán conmigo en que ese fue un padre con hijos problemáticos): a pesar de  que mis compañeros demostraron tener el corazón de pedernal, a cambio me facilitaron el hilo conductor de la crónica, pues  todos los relatos a examen contaban de alguna manera con un padre protagonista por esa condición.  

Así, en «La cita«, Luis Expósito nos presenta a un padre despótico con su esposa y decepcionado en sus expectativas por su hijo, cuyo empeño en que este se inicie en la vida sexual y de desenfreno que él lleva a gala acabará con la reacción contundente de la madre en un final terrible pero tremendamente liberador. Un relato (leído y cantado a dos voces, que aquí no escatimamos) que rebosa de esa energía literaria que tan bien transmite Luis con su prosa directa y descarnada, pero cuya fuerza expresiva quizá requería de un segundo narrador más apegado a la madre.  Ya tiene Luis tarea para este fin de semana y, como es cosa de poco, aun le sobrará tiempo de celebrar.

En «Incompatibilidades«, Ana Farber nos introduce a través de diversas reflexiones de Virginia Woolf (por lo cual Pura ya nos ha emplazado a una lectura de fragmentos de su novela «Al faro») en la vida de una mujer, brillante profesional dedicada al apoyo y la defensa de mujeres maltratadas, a quien la irrupción en su casa de su hijo tras lo que parece un episodio de violencia machista, la enfrentará con sus propias contradicciones. Aquí el padre no está y quien ha ejercido de algún modo ese papel en los últimos tiempos ha emigrado, muy a pesar de la protagonista como descubrirá al final. El relato, al que sólo se le puede achacar una ubicación tardía en tiempo y espacio,  nos vuelve a dejar dos cosas claras: Ana sabe narrar muy bien y su presencia nos aporta una visión léxica y cultural diferente.  ¡Y eso está padre! (Sí, ya sé que eso es mejicano, pero permitidme la licencia por la onomástica).

En «Cenizas«, Lourdes Chorro nos invita a acompañar a una mujer que se embarca en un crucero con las cenizas de su madre y la firme intención de echarlas al mar. A través de sus pensamientos mientras se decide a llevar a cabo su misión, conocemos las difíciles relaciones familiares entre la fallecida y sus dos hijas tras la ausencia del padre. Una nueva muestra de la capacidad evocadora de la prosa de Lourdes a quien parece no vaciársele nunca el baúl de las metáforas. Y qué dichosos nosotros con que así sea. 

En «La consulta», Luis Marín, quien tuvo que desmentir momentos antes de su lectura que fuese el negro literario de Lourdes, narra la visita al hospital de una mujer y su pareja con el fin de pasar una consulta que puede marcar su futuro, al igual que la orfandad de ella y otra prueba médica de resultado mucho más dramático marcaron su pasado. Un relato de muy buenas intenciones pero al que el extravío del narrador omnisciente, perdido en el Zendal, un cierto exceso de conflictos y el abuso de referencias a cuentos anteriores sumen en la indefinición. Todo el reconocimiento para Luis, eso sí, por el uso audaz e ingenioso de la paralipsis como causa de la postración de la protagonista en una camilla empujada por el marido y futuro padre ejerciendo a escondidas de celador. Un sindiós (padre, por supuesto).

Y con un ataque de risa llegamos al último cuento que, para más inri, era de corte lacrimógeno. No en vano Alicia Gallego, su autora, venía provista de pañuelos para quien los necesitara y tuvo que usarlos para enjugar sus propias lágrimas y así poder darse a la lectura. Y es que en «Azul profundo«, Alicia también embarca a una mujer en el pesquero donde faenaba y falleció su hijo, empeñada en conocer cómo pudieron ser los últimos momentos del muchacho. Tras un sentido homenaje, toma una decisión radical para el resto de su vida. Relato precioso cargado de emociones y, quizá, de demasiados gerundios. ¿Y aquí dónde está el padre? Pues en este último relato la figura del padre no aparece de manera deliberada (podríamos decir que es una ausencia estrepitosa) porque la autora así lo decidió. Pero no pasa nada, porque lo consideraremos la excepción que confirma la regla, y santas pascuas.

Pero esas ya llegarán después que lo que toca este fin de semana es el día del padre y el que aquí suscribe se marcha.

Hala. Feliz día de San José a todos.

¿Y el ripio? ¡Ay , el ripio! Mejor lo dejamos para otra ocasión y es que, como bien nos recordó Paco con esa sabiduría suya tan sublime como provocativa, el lirismo no va con los cojones apretados.

Pablo Frías

Donación de Jose Manuel Dorrego para la asociación Primaduroverales

 

El show de Truman

José Manuel Dorrego.

Del libro Más difícil todavía

 
Truman* es un hombre invisible en estado puro, sin trampa ni cartón: sin duda, el único hombre invisible del mundo. A pesar de ello y lamentándolo mucho, hemos tenido que cancelar su número y despedirlo porque provoca la indiferencia de la grada.
 
Truman se limita a aparecer de manera etérea en medio de la pista central, que a los ojos de los asistentes permanece vacía. Y claro, a ver cómo explicas a los espectadores que allí hay un hombre invisible de verdad. Al público podemos exigirle el dinero de la entrada, pero no que tengan fe ciega en lo que no pueden ver.
 
 
*Truman: Hombre invisible en estado puro. Por desgracia, lo que es una verdadera virtud se ha convertido en una auténtica lacra para él: nadie te da trabajo ni te presta dinero cuando saben que no te van a volver a ver en toda la vida.
 
 

Por Carlos Cerdán Victoria

Dispuestos a navegar por un océano de literatura subimos a bordo del libro de Mar Horno: “Náufragos del Océano Índigo”. Un libro de microrrelatos que nos servirán de alimento durante toda la travesía.Naufragos_oceano_indigo_cuberta

Uno de los principios básicos de un buen micro (como nos enseño nuestro buen amigo y maestro de este tipo de literatura Ernesto Ortega) es que solo ha de mostrar la punta, como un iceberg, y Mar Horno lo consigue con soltura. Más de cien microrrelatos que desbordan fantasía, sutileza y esplendidas metáforas sobre la vida y la muerte. Imagino a Mar caminando tranquila por la fina arena de una de las playas del Océano Índigo y veo que durante su paseo recoge palabras, como pequeñas conchas marinas, con las que más tarde creará esos sugerentes microrrelatos. Algunos se leen con una sonrisa en los labios, otros nos conmueven o nos llenan de inquietud.  Lo que está claro es que ninguno nos deja indiferentes. Si hubiera que destacar alguno creo que me quedaría con Perchas, o Desarmables, o tal vez con Dislexia, o quizá con El corazón en los pies. No sé, es tan complicado, porque ¿cómo no elegir Sentimientos encontrados. Bueno, lo mejor es leerlo, disfrutarlo y que cada uno elija los que considere, hay tantos. Y a ello os invito.

Por último, felicitar a Mar por su trabajo y darle las gracias por el cariño que nos muestra a los Primaduroverales, cariño que es recíproco, y desearle suerte en los proyectos que se embarque.

Aquí os dejo uno de mis microrrelatos preferidos de este libro: Perchas.

Perchas

Mar Horno García

Sabes que me encantan. Siempre te quejas de que la casa está llena de perchas. Perchas incongruentes, excéntricas, desconjuntadas, que he ido comprando, incluso adoptando, a lo largo de mi vida. Como aquella que encontré tirada en un callejón, olvidada después de años de ofrecer su utilidad callada, su ayuda desprendida. No tuve más remedio que llevármela a casa. O aquella del rastro que nadie quería porque estaba astillada y le faltaba un colgador, como si ser viejo y amputado fuese un pecado. Diríase que las colecciono de forma enfermiza, aunque tengo que decirte que no, que las necesito. No puedo explicarte, pero abrir la puerta, cuando vengo sofocada de la calle después de un día de perros, con las manos ocupadas, incluso la boca, y verla allí, en el recibidor, con sus ganchos generosos y ofrecidos sin pudor para que cuelgue bolsos, impermeable mojado, cansancio, hastío, problemas. Y entrar en casa desprendida de todo lo que es una carga, un peso… Eso, no tiene precio. Son para mí perchas oasis. Perchas consuelo. Perchas salvavidas. Todas. Las del armario del dormitorio, para que no se arruguen mis vestidos, tus camisas, aquella corbata horrible de la boda e ir con prisa porque llego tarde a la oficina o a la cena y encontrarlo todo allí, ordenado. La metálica del baño, donde siempre espera el albornoz suave y solícito para limpiar mis ojos de espuma y envolver mi cuerpo que tirita. La de detrás de la puerta de la habitación de invitados, que recibe ansiosa las batas de mis amigos, recién compradas para el viaje anhelado de reencuentro. El perchero trasnochado del pasillo que sostuvo fiel el sombrero de mi abuelo, donde lo colgaba todas las noches junto a su dura vida de fieltro gastado. Las perchitas de colores de la cocina, alegres de sostener sin esfuerzo a las livianas servilletas, serviciales siempre a las manos que huelen a nuez moscada, perejil y canciones tarareadas. Y, sobre todo, la percha que hoy me sirve para decirte, que, desde hace un tiempo y sin pretenderlo, estoy colgada de otro hombre.

Mar Horno

Mar Horno García nació en Torredonjimeno, Jaén, 1970, se licenció en Documentación por la Universidad de Granada y tras vivir en varias ciudades como Granada y Sevilla, se asentó definitivamente en Jaén donde actualmente trabaja como documentalista audiovisual en Canal Sur, la Radio Televisión Pública de Andalucía.

Lectora empedernida y escritora aficionada desde que era una adolescente, se adentró en el mundo del microrrelato en 2011, género en el que ha destacado con multitud de premios.

En 2013 publicó su primer libro de microrrelatos titulado Precipicios habitados con la editorial madrileña Talentura. Con este libro Mar Horno fue finalista en los Premios de Narrativa Ciudad de Alcalá.

En febrero de 2022 publicó su segundo libro, Náufragos del Océano Índigo con la editorial gallega Bululú, finalista del Premio Setenil al mejor libro de relato publicado en España en 2022.

En junio de 2022 fue finalista de la IX edición del certamen literario Madrid Sky con el relato El libro secreto de los manicomios.

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Carlos Cerdán es miembro de la asociación Primaduroverales.