Por: Juan Santos

Los finales de curso de nuestro taller se diferencian de aquellos del instituto en que no tenemos exámenes finales y lo mejor de todo es que nuestra profesora nos aprueba a todos con buena nota.  Por lo demás son igual de agridulces. Por un lado, sentimos la alegría de las vacaciones, pero por otro nos da pena de romper con la rutina de la escritura, que tanto nos gusta, y dejar de relacionarnos con los compañeros durante unos meses.

Pero no adelantemos acontecimientos, todavía nos queda la entrega de premios del concurso Madrid SKY, que será esta tarde, viernes, 21 y el resultado del concurso de microrrelatos nuestros, que será en la última clase, el próximo jueves, previo a la cena de despedida.

Y sin más preámbulo, paso a la crónica de la clase de ayer que, aunque sólo leímos el relato de Carlos Cerdán, no tuvo desperdicio.

Con el título de El recaudador, Carlos cumplió (al pie de la letra) con sus deberes 6. Se trataba de crear un relato tipo “realismo mágico” con un personaje secundario de un cuento anterior.

Pair of handprints on frosty winter glass window, meted hand prints outdoors.

El revisor de un tren queda hechizado por una “muchacha del pelo rojo y las manos de cristal” cuyo destino es un apeadero perdido en mitad del desierto. Punto de encuentro donde el recaudador va a recoger a la chica. Sin poder olvidarla, el revisor la busca por lugares inhóspitos, hasta que un viejo siniestro la ayuda a encontrarla. Descubre que la chica ha vendido su alma al diablo, aún así quiere ir con ella. Los personajes y el ambiente creado son fantásticos, parecen sacados de una novela del romanticismo.  He aquí un párrafo donde describe la entrada del infierno:

En su tiempo fue un emplazamiento de mineros que atraídos por el oro lo construyeron, el yacimiento se agotó y muchos se fueron, pero los más codiciosos no se resignaron y siguieron excavando cada vez más profundo hasta que abrieron una puerta al mismísimo averno. Ese fue su final, todos desaparecieron. Ahora es el lugar adonde llevan a los espectros de quienes vendieron su alma.

Para justificar la primera persona, Carlos introduce en la historia al mítico músico Robert Johnson, guitarrista de blues que murió con veintisiete años. Según la leyenda, también vendió su alma al diablo y lo cierto es que no se conoce donde reposan sus restos.

Aunque el personaje es acorde a esta historia, se dijo que entra demasiado tarde que, para notar su presencia, debería haber interactuado en algún diálogo anterior.

Por otra parte, Carlos, en su afán de cumplir con una de las exigencias del ejercicio que era provocar una escena de agobio, metió al protagonista en una caja de madera, requisito que Pura autorizó suprimir, sin bajarle la nota.

También se dijo que el viejo que ayudó al revisor a encontrar a la chica, puesto que también había vendido su alma, debería tener más peso dentro del relato.

Carlos reconoció que, por la premura en enviarlo, no se había anticipado a algunas de las recomendaciones que se le dieron y, por la misma razón, el ambiente tan maravilloso del principio se pierde un poco al final.

Aun así, el reconocimiento de que una historia buenísima, fue unánime.

Dadas las escasas lecturas previstas, Pura nos había sugerido que echáramos un vistazo a los ocho relatos finalistas de Madrid SKY. Y a modo de sondeo electoral, nos atrevimos a dar nuestros votos a lo más nos gustaron. Se notaba que eran textos seleccionados, pues todos son buenísimos y no fue fácil la elección. De todas formas, nosotros no éramos jurado y lo tomamos como un juego. Esta tarde, en el acto de entrega de premios, veremos quien de nosotros ha tenido más aciertos en la quiniela.

Y a las nueve menos cuarto, recogimos los trastos y algunos salimos pitando a ver el partido del europeo de futbol, España – Italia. Supongo que los que pasan de futbol, se tomarían las cañas de rigor.

4 respuestas a “Manos de cristal”

  1. Bueno, Juan, tenías para la crónica peras en dulce. Muy bonita. Un cuento de Carlos en el que veíamos rodamundos, espectros y secarrales. Tan bien ambientado como todos los cuentos de Carlos. Y después, casi, casi, coincidimos con el resultado del jurado. Es que los ocho cuentos finalistas eras todos muy buenos.

    Pues solo nos queda el remate final.

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  2. ¡Estupenda crónica, Juan! 👏🏻👏🏻👏🏻

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  3. Magnífica crónica, Juan. Envuelta ya for la nostalgia de la tenporada literaria que finaliza.

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  4. Certera crónica de lo que fue la tarde de ayer. Muy bien, Juan. Comparto el sentimiento agridulce de final de curso.

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